jueves, 22 de julio de 2010

SEKPOLI

Sekpoli… el regalo de Mawu

© Sosyete la serpent rouge du Allada


Gbadu permanece sentada observando a los hombres. Gbadu es macho y hembra a la vez, hija(o) de de Mawu conocedora de los destinos de los hombres y mujeres, vive en la cima de Fa (la palmera) y las Ikin (semillas) son sus ojos por los que ve y se comunica. Se dice que Legba se dio cuenta que en la tierra todo era un caos y subió a decirle a Mawu-Lissá lo que ocurría, le pidió que dejara descender a la tierra a Gbadu para que enseñara a los hombres a comportarse, pero Mawu no accedió, puso a Gbadu en la cima de Fa para que observara a la humanidad y se comunicara por medio de sus 16 Ikin (las semillas de palma) con la humanidad con ayuda de Legba. Gbadu tuvo una hija llamada Minona y luego dos hijas más y luego tuvo a Aovi, Abi, Duwo, Kiti Aggbanukwe, y Zose todos varones.Duwo, Kiti y Zose descienden a la Ayìkúngban para enseñar a los hombres la manera de utilizar los 16 Ikin para vivir en armonía con el universo. Estos tres emisarios celestiales instruyeron a los hombres, dijeron que es importante que la humanidad sepa que los ojos de Gbadu están abiertos para nosotros antes del nacimiento. Los Ikin ayudarán a conocer su Sekpoli (alma), las instrucciones dadas de la Sekpoli a través de los Ikin es llamada Fa también, o sea que Fa se refiere tanto a la palmera en la que habita Gbadu como a los lineamientos divinos para la persona, su designio divino, su destino en la vida. Duwo, Kiti y Zose le dijeron a la humanidad que el templo más sagrado es el ser humano y el Sekpoli es la conciencia divina, que hay que seguir a lo largo de la existencia para poder trascender.La enseñanza fue un éxito y todos los hijos de Gbadu fueron enviados de regreso. Gbadu es la intermediaria entre el cielo y Ayìkúngban, entre el cielo y Hu (el mar). Cada Ikin (ojo) corresponde a una puerta en la casa del futuro de cada persona. Se dice que cuando ella se duerme no puede abrir sus ojos por sí sola, así que Legba tiene que subir a Fa (la palmera) y abrir sus ojos para que Gbadu pueda vigilar nuevamente los tres reinos, el del cielo, Hu (el de los mares) y Ayìkúngban (la Tierra). Por eso es importante en una ceremonia para determinar Fa rendir culto a Legba y cerciorarse que ha abierto los ojos de Gbadu. Al sacerdote de Fa se dice Faluwono, y es el poseedor de los secretos de Fa, esto implica tener un conocimiento de la posición en que queden los Ikin al tirarlos, así como el Sankofa , un compendio de fábulas y cuentos que ayudaran a la comprensión del designio divino.El hombre debe estar en armonía con su Sekpoli, llevar a cabo el comportamiento que se le ha indicado, que implica tanto prohibiciones como bendiciones y permisos divinos; el que lo haga es una manera de rendirse culto a sí mismo, a su parte divina que es la Sekpoli, esta energía o conciencia divina vive en la cabeza, es por eso que en las ceremonias de iniciación la cabeza juega un papel importante. Cada día, Mawu da los designios a Legba, lo que indica qué va a morir, nacer, los peligros con los que se ha tropezado, la fortuna que debe cumplirse. Legba, si así lo desea, puede cambiar estas cuestiones. Aunque la gente sabía que Fa es la voluntad divina, se olvidó la importancia de Legba. Por lo tanto, otros tres seres llegaron a Ayìkúngban a un lugar llamado Gisi, sus nombres son Adjaka, Oku, y Ogbena. Los tres mensajeros informaron a los hombres que Mawu dice que Legba es muy importante, que Legba es el hijo, y el asistente de Mawu. Si la gente en la tierra tiene necesidad de algo, deben en primer lugar dirigirse a Legba, que tiene el poder de hacer lo que decida sobre Ayìkúngban. A continuación, estos profetas enseñaron a un hombre llamado Alaundje cómo hacer Fa. Ellos habían traído con ellos desde el cielo el fruto de la palmera utilizado para comunicarse con Fa. Ahora Alaundje mostró cómo, cuando un hombre desea conocer su destino, deberá entrar en un bosque, tener los Ikin, tirarlos, y trazar ocho líneas sobre la tierra. Estas ocho líneas han de revelar el destino de este hombre. Este mismo hombre debe recoger la tierra en la que ha trazado las líneas de su destino y ponerlo en una pequeña tela y guardarlo. Este hombre que ahora posee las letras de su destino debe de lograr interpretar los signos. Estos mismos signos explican en cada línea para Alaundje, junto con el sentido de las líneas de la mano, los designios que corresponden con el modelo del alma que Mawu da a todos los hombres: en las líneas en la mano del hombre, Mawu dé a conocer su propio designio. Y como la letra que controla el destino humano está en la casa de Mawu, es necesario que Legba sea adorado.

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